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La ciudad de Durango fue fundada en 1563 por el conquistador español Francisco de Ibarra y durante su trayecto histórico ha sido cuna de mexicanos invaluables como el general Francisco Villa y el primer presidente de México: Guadalupe Victoria, a quien la ciudad rinde homenaje cada que su nombre es pronunciado (el nombre completo de la capital es Victoria de Durango). Además, siendo una de las paradas del Camino Real de Tierra Adentro, Durango forma parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, aunque la ciudad es, antes que otra cosa, una joya natural e histórica auténticamente mexicana.

Los paisajes del norte de México están salpicados por serranías verdes y rojizas, ríos, cascadas, desiertos y llanuras rocosas; vestigios de la evangelización, joyas virreinales e instalaciones de carácter ganadero, agrícola e industrial. Situado al noroeste del país, el estado de Durango es un particular representante de esta geografía identitaria, que ha visto al hombre fundar, sostener y engrandecer una asentamiento que a la postre se convertiría en la capital de su estado: Durango, una ciudad a la que además le fueron concedidos con los cielos más bellos de nuestro país.

A poco más de dos horas de distancia, el Océano Pacíco rebota su reejo azul sobre los cielos profundos de Durango, pintándolos con espectacularidad y dotándolos de una claridad especial que sirvió de apoyo para el orecimiento y posterior desarrollo de la
industria cinematográca, que encontró casa para uno de sus géneros más importantes en los años cincuenta y sesenta: el western hollywoodense, del cual aún hoy podemos hallar valiosos rastros.

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Durango